jueves, noviembre 17, 2011

RINCONES DE ALGORTA














Hace ya muchos años expuse mis cajitas en una galería de Fuenterrabía, que se llamaba Iñauteri y con ese motivo entablé relaciones con artistas guipuzcoanos; entre ellos, me sentí afín con uno en especial que se apellidaba Machimbarrena y me dijo una frase que no solo me despertó sino que recapacité y comprendí que yo sentía lo mismo.

Pues bien, se trataba de lo siguiente:
Al mismo tiempo que yo estaba exponiendo en Fuenterrabia, en  Donostia estaba Zumeta y le pregunté a mi amigo si había visto la expo, a lo que sin dudar me respondió: no, a mi Zumeta no me necesita, ya tiene mucha gente que le sigue y le compra.

Comprendí que es verdad.
Que yo siento lo mismo por los que ya han triunfado.
A mi ya no me necesitan.
Cada vez me interesan menos las exposiciones de los grandes artistas, de los grandes genios adorados por el gran público internacional.

Desde que estoy en Saatchi Gallery he conocido a verdaderos e inmensos artistas de todo el mundo, con una sensibilidad y una creatividad tan poética, tan poco pretenciosa que me toca el corazón. Me siento cercana a ellos, somos humildes, trabajamos en lo que nos apetece sin tratar de hacer nada comercial, es un trabajo limpio, sentido, verdadero, genuino, que sale directamente de las entrañas.

Nos hacemos amigos, nos intercambiamos obras, ellos dicen cosas acertadísimas sobre mi trabajo, como si conocieran exactamente lo que me mueve a producir los cartones.

No soy monedita de oro pa caerles bien a todos....


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