martes, noviembre 01, 2011

ROSALIA HABLA













Supongo que a estas alturas ya es público y notorio que soy discípula de Prem Rawat, que intento seguir sus enseñanzas y que tengo intención de seguir así hasta mi último aliento.
Comprendo que es mi manifiesto de estudiante de Prem Rawat puede resultar excesivamente categórico, pero es así para mi.
Es algo tan individual lo que él ofrece, que en mi caso se ajusta a mi modo de ser como la horma de mi zapato y así como hay personas discretas, que llevan su relación con el maestro de manera discreta, individual e intimista yo, que soy dinamita a punto de explotar, lo canto a los cuatro vientos, cosa que a veces me crea momentos difíciles pero no pasa nada, yo sigo, sigo la máxima de que "es mejor hacer aunque te equivoques que no hacer".

Soy así, he sido siempre así y estoy dispuesta a cambiar si fuera necesario, pero en este caso, ni se me pasa por el magín.

Me recuerdo a mi misma desde pequeña, cuando conocía algo o alguien que me parecía interesante, lo primero que hacía es decírselo a todos los que me rodeaban para que pudieran disfrutarlo como yo lo hacía.

Hasta con las drogas, antes de saber que eran nocivas, pregonaba sus maravillosos efectos a los cuatro vientos, pensando que hacía un favor a la humanidad.

Así sigo, cantando las glorias de mi maestro a diestro y siniestro, porque sabiendo por experiencia propia que no es fácil darse cuenta de la consistencia del asunto, yo tardé 9 años en verlo, insisto porque solo un paso que se dé hacia él, hace que él de un millón de pasos hacia ti y tu vida se convierte en el jardín del Edén

2 comentarios: