lunes, diciembre 19, 2011

AUTOBIOGRAPHY ON CARDBOARD WITH STAPLES
















Por mucho que cambie el título, el asunto sigue siendo el mismos: autobiografía con cartones y grapas.
Es mi técnica, mi soporte, mi vida en imágenes, mis recuerdos, mis amigos, mi familia, mis artistas, mis fases, mis cortes de pelo, mis etapas, mis cuadros, mis cajas etc. etc. etc.

Cuando Foucault publica "The Force of Flight" en marzo de 1973 para la exposición de Paul  Rebeyrolle en la galería Maeght de Paris, consistente en diez piezas mixed_media, reconoce la exigencia de expresar el concepto a través del soporte considerado el adecuado por el artista.

Precisamente estamos hablando de personas muy radicales, cada uno en su terreno, cuyas obras, tanto los ensayos de Foucault como las piezas de Rebeyrolle no escatiman libertad de pensamiento ni de acción para documentar su pensamiento hasta la máxima radicalidad.
Ambos deben ser considerados seminales.

Yo quiero ser humilde, lo cual significa que quiero vivir desde mi realidad.

Teresa de Cepeda y Ahumada, mujer que goza de todos mis respetos y admiración, dijo: "La Humildad es la Verdad", así que no voy a andarme con falsas modestias.
Aunque me encanta ir a los museos y a las exposiciones, a veces me contengo por miedo a sentirme influenciada, sobretodo cuando siento cierta afinidad con el artista.

No quita que, cuando voy a Barcelona jamás dejo de darme una vuelta por el Macba.

Hablo de Barcelona porque desde que estoy cojita no me muevo excepto para ir a Barcelona lugar en el que Prem Rawat da conferencias con cierta frecuencia.

Antes de que yo empezara a estudiar BBAA, o sea antes de que hubiera una facultad de BBAA en Bilbao, no se tenía información sobre el arte internacional, yo solo conocía  además de los clásicos, a los pintores vascos contemporáneos y a los de Cuenca.

Había dos galerías importantes en Bilbao:

Grises, regentada por Jose Luis Merino, que mostraba la vanguardia.

Illescas; con nuestro querídísimo amigo y maestro Otaño, al que debían de condecorar por haber hecho un trabajo de catedrático de arte en el paupérrimo e ignorante espacio artístico de aquel Bilbao en donde los sedientos calmábamos nuestra sed en Illescas, siempre recibidos con cariño y en donde se nos abrían las puertas de conocimientos de todos los siglos.

Antonio, cuánto nos has dado y enseñado, siempre te estaremos agradecidas, por lo menos
 Pilar de la Rica y yo.
Supongo que los demás también.


Pues bien, cuento esta petite histoire para deciros que sin tener ni idea de lo que se hacía en NY yo ya inventaba timidamente mis técnicas para poder expresar mis conceptos.

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