viernes, diciembre 07, 2012

ERREKA CANTARINA













El sonido del agua saltarina en el arroyo escuchando el canto de los pájaros de vez en cuando alegra la mañana y mi alma se eleva y agradece a la vida que me siga manteniendo mientras respiro plácidamente deleitándome en el aire que entra en mi, llenándome de bendiciones.

Hoy por fin voy a comer al lado del mar.
El cielo gris, propio del pais de los vascos, envuelve en melancolía los bosques y los mares.
Comeré frente a la mar en un delicioso rincón del Cantábrico.

No haré fotos ni cine, quiero sumergirme en el paisaje, empaparme del frescor de la mañana mientras disfruto de una merluza frita con txipirones en el Zuen_Etxea de Plentzia con mi alter ego que es una rosa sin espinas.

Hace mucho tiempo que no salgo a comer fuera de casa, pero hoy estoy animada y deseosa de disfrutar de los placeres gastronómicos en un ambiente diferente.

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